Una tarde soleada, un grupo de turistas estaba paseando por la pared cuando notaron algo extraño en el cielo.
Al principio, pensaron que era un pájaro o un avión pequeño, pero a medida que se acercaba, se dieron cuenta de que era algo que nunca antes habían visto. El objeto era plateado y en forma de disco, flotando en silencio sobre la pared. Los turistas quedaron atónitos y comenzaron a señalarse y gritarse unos a otros, tratando de entender lo que estaban viendo.
Mientras miraban, aparecieron más objetos en el cielo; esta vez, al menos seis de ellos flotaban sobre la pared en una formación perfecta.
Los turistas estaban aterrorizados, convencidos de que estaban presenciando una invasión extraterrestre.
El pánico se extendió rápidamente por el grupo, y pronto otros turistas en el área comenzaron a darse cuenta. La gente corría y gritaba, desesperada por alejarse de los extraños objetos en el cielo. La escena era caótica, con algunas personas cayendo y siendo pisoteadas en la prisa por escapar.
Pero tan repentinamente como aparecieron, los objetos se desvanecieron en el aire, dejando a los turistas confundidos y conmocionados. Algunos estaban convencidos de que era un engaño o un truco publicitario, mientras que otros seguían convencidos de que habían visto algo de otro mundo.
En los días que siguieron, el incidente fue noticia en todo el mundo. Los expertos intervinieron, tratando de explicar el extraño fenómeno. Algunos afirmaron que fue un evento meteorológico natural, mientras que otros especularon que podría haber sido un experimento militar secreto.
Pero para los turistas que lo presenciaron de primera mano, el recuerdo de esos objetos misteriosos que flotan sobre la Gran Muralla se quedaría con ellos para siempre, un testimonio de los misterios inexplicables del universo.